Danza infinita

performer

Sonia Gómez

Danza infinita abre una reflexión sobre la política, los derechos y la propiedad del cuerpo al tiempo que rinde homenaje a Henrietta Lacks, una mujer afroamericana de quien, en 1951, se le extrajeron células sin su consentimiento. Estas fueron las primeras células humanas, HeLa, que se pudieron desarrollar en un laboratorio y que todavía se usan hoy en la investigación biomédica. La instalación muestra imágenes de la división celular y de la bailarina Sonia Gómez durante un ensayo en el que lleva a cabo una coreografía improvisada. Mientras que las ciencias biológicas presentan el cuerpo humano compuesto de partes separadas, el trabajo de la bailarina ayuda trata de reconstruirlo como un todo. El conjunto explora las formas en que las ciencias biológicas persiguen obstinadamente la inmortalidad y la trascendencia a la muerte.